Para liberarse, la mujer debe sentirse libre, no para rivalizar con los hombres, sino libres en sus capacidades y personalidad.
Solo el conocimiento de la Verdad hace libres a los hombres y las distintas sectas parecen rivalizar en ignorancia. ¡Inútil es cambiar de yugo: lo esencial es dejar de ser buey!
El legítimo derecho a disentir es un derecho existencial de la persona.
Cuando hablamos del derecho a la vida, o al desarrollo, a disentir o a la diversidad, estamos hablando de la tolerancia. La tolerancia promovida, protegida y venerada asegurará la libertad. Sin ella, no podemos asegurarnos de ninguna. En las palabras de un hombre sabio: la fe produce respeto, y el fanatismo provoca el odio.
Las hipótesis deber ser siempre susceptibles de confrontación con el experimento. No deben, en general, discordar con hechos o principios establecidos. Este punto es importante de retener.