Maragall no tiene nada que ver con el socialismo, y tampoco el PSC, que es un partido meramente nacionalista, que utiliza lo de socialista para agradar a los charnegos y buscar sus votos.
El arte de persuadir consiste tanto en el de agradar como en el de convencer; ya que los hombres se gobiernan más por el capricho que por la razón.