La guerra entre naciones conlleva a la desgracia, pero la guerra civil de una nación produce ruina por cuanto divide familias y amigos. La paz posterior a la guerra civil es frágil producto del odio y la sed de venganza de sus participantes.
La guerra digital es hoy la guerra civil de España. Ya no se pelean nuestros políticos por un pedazo de tierra o de pan, por Cristo o Lenin, por Azaña o Franco, por las fincas del señorito o los huevos del señorito. Ahora se pelean, tan adultos, tan sabios, por un mando a distancia.