Estoy dispuesto a reconocer la superioridad de la mujer con tal de no admitir su igualdad con los hombres.
No existe nada que odien más los mediocres que la superioridad de talento: ésta es, en nuestros días, la verdadera fuente del odio.
La economía de tiempo humano es la ventaja de las máquinas industriales.
En el combate individual, muéstrate primero relajado, y después entra de repente a la carga con fuerza; cuando la mente del contrincante cambie de táctica, es esencial que sigas atentamente lo que hace, no dándole respiro un solo momento, percibiendo la ventaja del momento y juzgando exactamente entonces como ganar.