Así pues, Sismondi afirma que, debido a la desigualdad de la distribucción inherente al capitalismo, el mercado interior se reduce, que éste debe ser originado por una distribución equitativa.
La propia palabra secretismo resulta repugnante dentro de una sociedad libre y abierta; y nosotros, como pueblo, nos oponemos inherente e históricamente a las sociedades secretas, los juramentos secretos y los procedimientos secretos.