Soy el hombre más sencillo que existe, pero cuando siento un grito en mí, no acepto transformarlo en una vocecilla para complacer a los mudos y a los tartamudos. Pues yo no deseo agradar a nadie, ni tener discípulo ni ser discípulo. He venido a este mundo por algunos instantes y quiero lanzar un grito y partir. Nada más.
Tratar a los demás como uno quisiera ser tratado es el medio más seguro de agradar que yo conozco.
Los médicos estamos para ayudar a sanar, pero también para ayudar a morir.
Debemos construir una economía más innovadora y moderna. Más aulas, escuelas técnico-vocacionales, Internet de banda ancha, grandes obras de infraestructura, medios de transporte más rápidos y eficientes... el gobierno debe ayudar a impulsar la iniciativa privada creando las condiciones para que ella florezca.