Mientras las universidades logran robots que se parecen cada vez más a los seres humanos, no sólo por su inteligencia probada sino ahora también por sus habilidades de expresar y recibir emociones, los hábitos consumistas nos están haciendo cada vez más similares a los robots
Es imposible dar un curso verdaderamente libre a aquello que no creemos posible, pues nos encontramos limitados por las pretensiones del subconsciente. Es necesario ampliar esas pretensiones a fin de recibir más.