Las buenas maneras son los signos masónicos de la decencia en todo el mundo
Cuanto más pienso en la práctica educativa y reconozco la responsabilidad que ella nos exige, más me convenzo de nuestro deber de luchar para que ella sea realmente respetada. Si no somos tratados con dignidad y decencia por la administración privada o pública de la educación, es difícil que se concrete el respeto que como maestros debemos a los educandos.
Lo que las leyes no prohíben, puede prohibirlo la honestidad
Siga sus convicciones con honestidad y fortaleza.