No me pueden echar de mi trabajo, porque mi trabajo es la educación. Creo en enseñar a la gente a ser individuos singulares y a entender a otras personas, también distintas.
Y vuelvo a estar más loco que de atar, dibujo corazones después de echar mi aliento en los cristales de tu voz y vuelvo a respirar tu aire y mis pulmones se llenan de la vida que me quitas al andar