Lo que sé a los sesenta años, ya lo sabía a los veinte. Cuarenta años de un largo, superfluo trabajo de comprobación.
Como se trata de lo superfluo, se recurre a mecanismos de propaganda, de marketing y de persuasión para inducir a las personas a consumir y a hacerlas creer que lo superfluo es necesario y una fuente secreta de felicidad.
La fuerza de la obra maestra es tal que hace innecesario el marco
Nos escondemos en la fría indiferencia al sufrimiento innecesario de otros, incluso cuando lo causamos.