Antes de cualquier tarea, de una presentación de ventas, un encuentro difícil o del desafío cotidiano de alcanzar una meta, véala con claridad y vividez, de modo inexorable, una y otra vez. Cree una zona cómoda interior. Después, cuando entre en la situación, no le resultará extraña. No le provocará temor.
No tienes ni idea de lo bien que tocas el violín, al menos cuando te esfuerzas, y cuando sientes que tocas con elegancia, claridad e inteligencia, y piensas que en realidad eres el mejor violinista de Europa