Belladona: En italiano es una mujer hermosa, en nuestro idioma un veneno mortífero. Un ejemplo irrefutable de que ambas lenguas coinciden en lo esencial.
Es una verdad indiscutible que el conjunto del pueblo de cada país desea sinceramente su prosperidad; pero es igualmente irrefutable que no posee el descernimiento y la estabilidad necesarios para un gobierno sistemático.