Toda la maquinaria de nuestra inteligencia, nuestras ideas y leyes generales, los objetos fijos y externos, los principios, las personas y los dioses son otras tantas expresiones simbólicas, algebraicas. Representan la experiencia, experiencia que no podemos retener ni seguir de cerca en todos sus pormenores.
Tal vez fuera preciso moderar, recortar el existir y retener la prepotencia de ser uno.