Los exploradores, que preparaban el camino del mejor modo posible, y una parte de la vanguardia fueron devorados antes de poder advertirlo. La confusión era extrema; los lobos, los tigres y demás carniceros, invitados por sus compañeros, acudían de todas partes. Se escuchaban crujidos de huesos y, en el aire, un espantoso aleteo; los buitres comenzaban a añadirse al festín.
La crisis y, paralelamente, la acción concienciadora de las fuerzas de vanguardia conducirán indudablemente a generalizar la toma de conciencia y a plantear en términos más claros el conflicto entre la gran mayoría de la sociedad y los actuales poderes del Estado.