(Todo por embarrar el recuerdo de Marisa contra los muslos de otras).
Quien piensa con grandeza se ha de equivocar con grandeza
El Leñador de Hojalata sabía muy bien que no tenía corazón, razón por la cual se esforzaba más que todos por no ser cruel con nada ni con nadie. Ustedes los que poseen corazón tienen algo que los guía y no necesitan equivocarse manifestó; pero yo no lo tengo y por eso debo cuidarme mucho. Cuando Oz me dé un corazón, entonces ya no me preocuparé tanto.
Quien piensa a lo grande tiene que equivocarse a lo grande.
No hay que confundir nunca el conocimiento con la sabiduría. El primero nos sirve para ganarnos la vida; la sabiduría nos ayuda a vivir.
Por otra parte, sí no queremos confundir las enseñanzas eternas con aquellas que sóplo podían ser útiles por algún tiempo o para unos pocos, conviene saber también en que ocasión, en qué época y para qué nación o qué siglo fueron escritos todos esos documentos.