Nunca he conocido a un gran líder que no fuese apasionado. Cuando digo apasionado no me estoy refiriendo a que tenga que gritar y ser carismático. Muchos líderes son más bien tranquilos; sin embargo, cuando les oye hablar, usted puede sentir su pasión.
Si eres muy apasionado parece que lo lógico es ver los frutos de la misma, y los frutos son niños.