Para que una película parezca prodigiosa a los espectadores (...) hay que acabar el repugnante ritmo cinematográfico actual, esta convencional y enojosa retórica del movimiento de la cámara. ¿Cómo creer en el más banal de los melodramas cuando la cámara sigue al asesino por todas partes en trávelin, hasta el lavabo donde va a lavarse la sangre que mancha sus manos?
La única manera de salir adelante es encontrar errores en la sabiduría convencional
¿Es que hay en verdad un esto y un aquello? ¿Es que no hay en verdad un esto y un aquello? El punto en donde esto y aquello neutralizan su oposición es el núcleo del Tao: el centro de un círculo que irradia infinitas respuestas. Infinito es el sí. Infinito es el no. Escrito está: nada es comparable a la Iluminación.
Los espectáculos públicos representan actualmente un papel comparable al que representó en la Edad Media la religión.
La diferencia entre un hombre común y corriente y un guerrero es que el guerrero lo acepta todo como un desafío, mientras que el hombre corriente lo toma todo como una bendición o una maldición.
La gente común no tiene historia: perseguidos por el momento presente, no pueden pensar en preservar la memoria del pasado
¿A alguien le parece normal que en un país como Alemania la lengua catalana se enseñe en 29 universidades de toda la República Federal, 29, y en España, fuera de los territorios de lengua catalana, se enseñe en 5?
La televisión destruye sistemáticamente la diferencia entre lo normal y lo anormal, porque en sus parámetros lo normal carece en sí de interés suficiente y siempre habrá entonces que enfrentarlo a una alternativa. Su criterio no es la difusión de los valores y los principios sino el provocar el mayor impacto.
Hablar de nacionalidades oprimidas perdonadme la fuerza, la dureza de la expresión- es sencillamente una mentecatada; no ha habido nunca semejante opresión, y lo demás es envenenar la Historia y falsearla
No reconozco autoridad infalible. Una fe semejante sería fatal a mi razón, a mi libertad. Me transformaría inmediatamente en un esclavo estúpido y en un instrumento de la voluntad y de los intereses ajenos.