Tenía la necesidad de destruir las viejas convenciones, de desobedecer a fin de recrear la vida y un mundo liberado.
Oh, mujer, mujer. ¡Criatura débil y decepcionante! Ningún ser vivo puede desobedecer a su instinto, ¿es acaso el tuyo el de engañar?
La desgracia caerá sobre el temerario que desea saber lo que debiera ignorar y acometer lo que excede a sus facultades.
No estudio por saber más, sino por ignorar menos.