Puesto que el estudio de la naturaleza versa sobre el movimiento y éstos tienen en sí mismos algo así como chispas de movimiento, todos se sirven de sus potencias, aunque, excepto unos pocos, no los han definido bien.
El librepensador puede ser definido como el rechazo de la autoridad en materia de opinión. Se establece la persuasión de la práctica, contra la coerción de la fuerza. Un librepensador es una persona que forma sus propias opiniones sobre los hechos como él los ve. Bien o mal, sus opiniones son suyas. Es una voz, no un eco.
Dando un nombre a algo nos hemos limitado a ponerlo en una categoría, y pensamos que lo hemos comprendido; no lo miramos más atentamente. Pero si no lo nombramos estamos obligados a mirarlo. O sea, abordamos la flor, o lo que fuere, con un sentido de novedad, con una calidad nueva de examen: la miramos como si nunca la hubiésemos mirado antes.
Leonardo da Vinci me aburre; tenía que haberse limitado a sus máquinas voladoras