Tenemos la costumbre de burlarnos de los intelectuales por su duplicidad hamletiana, por sus dudas e indecisiones. Yo, en mi juventud, despreciaba en mí todos estos rasgos. Ahora pienso diferente: la humanidad está en deuda con los indecisos y los dubitativos por sus grandes descubrimientos, por sus grandes libros
Cabe preguntarse si en ciertas clases populares no existe más duplicidad que en la alta sociedad, que sin duda se reserva para nuestra ausencia las frases descorteses, pero cuya actitud hacia nosotros no seria insultante si estuviéramos apenados
El hombre emplea la hipocresía para engañarse a sí mismo, acaso más que para engañar a los otros.
Porque se asemejan a sepulcros blanqueados, que por fuera realmente parecen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda suerte de inmundicia. 28 Así ustedes, también, por fuera realmente parecen justos a los hombres, pero por dentro están llenos de hipocresía y de desafuero.
El conocimiento es problema de la ciencia y ésta no admite ni la menor deshonestidad ni la menor presunción; lo que exige es ciertamente lo contrario; honestidad y modestia.
Un caballero debe ser cortés y nunca agresivo, próximo, pero jamás atrevido; matar pero nunca humillar; ningún signo de deshonestidad puede ser encontrado en su morada; su alimentación nunca es pesada; incluso el menor error es corregido, pero sin acusación. Así es la fuerza de la voluntad.