El mareo es al espacio lo que la impaciencia al tiempo.
Allí están las ventanas que te dan un pretexto para abrir bien los brazos. Asómate al marítimo bullicio de las calles. ¿No oyes una sirena que llama desde el puerto?
Muy pronto la televisión, para ejercer su influencia soberana, recorrerá en todos los sentidos toda la maquinaria y todo el bullicio de las relaciones humanas.
Disfrutamos del calor porque hemos sentido el frío. Valoramos la luz, porque conocemos la oscuridad. Y comprendemos la felicidad porque hemos conocido la tristeza
Dos cosas más aprendimos en la lluvia: cualquier sed tiene derecho cuando menos a una naranja grande y toda tristeza a una mañana de circo, para que la vida sea, alguna vez, como una flor o una canción.
Es un placer repleto de tristeza, es un tormento ornado de alegría, un desespero donde siempre se espera, un esperar que siempre desespera.
Y cuando hubo anochecido, y a aquella noche le siguieron otras, y el hombre desesperó al cabo de que el perro volviera, sintió que el alma se le partía en dos o que se quedaba sin alma. Jamás se había detenido a pensar en lo inauditas que son las noches; en lo descomunales que son. Se sintió como un difunto en la noche.
Lo característico de la vida actual no son la inseguridad y la crueldad, sino el desasosiego y la pobreza.
La fortaleza de los hombres juiciosos no es más que el arte de encerrar el propio desasosiego dentro del corazón.
No puedo comprarlo o ¿Cómo puedo comprarlo? , son declaraciones que hacían funcionar el cerebro de mi padre rico. Lo obligaban a pensar y a buscar las respuestas. No puedo comprarlo invoca la tristeza. El desconsuelo que conduce a la desesperanza y, a menudo, a la depresión. ¿Cómo puedo comprarlo? te abre a las posibilidades, la emoción y los sueños.
Un regalo de Reyes suele suponer, más que el capricho del niño, el fantasma de un anhelo o desconsuelo de los padres