Parece evidente que, cuando la mente mira hacia delante para describir el suceso que puede resultar del lanzamiento de ese dado, considera que cada lado tiene la misma probabilidad de salir.
Podría creer en Dios, y Él podría haberme dicho en un sueño que el VIH produce SIDA. Pero yo no me pondría delante de un grupo de científicos para decirles: