¿Creéis que se puede oponer solamente el entusiasmo a la fuerza de un enemigo organizado, hábil y con un feroz aparato de represión? No, camaradas; si no los encuadramos en la lucha, la voluntad y el entusiasmo serían estériles.
El entusiasmo es el pan diario de la juventud. El escepticismo, el vino diario de la vejez.
Hay un lugar muy grande donde estoy conectado cuando escribo. Mientras tengo la sensación dentro de mí que estoy conectado a este enorme lugar tranquilo, hermoso, no importa lo que escribo, si es en relación con el lugar, siempre va a tener sentido. No es realmente necesario para comprender verdaderamente lo que escribo, siempre tengo ese sentimiento detrás de mí.
La idea de que al público le es dado aceptar o rechazar algo en Arte Moderno, la noción de que el pública desdeña, ignora, no acierta a comprender, es causa de ruinas y desilusiones o comete cualquier otro crimen en contra del Arte y de los artistas es una mera ficción romántica, un agridulce sentimiento digno de la Trilby.
El enamoramiento es el peor consejero del matrimonio.
El enamoramiento es un estado de miseria mental en que la vida de nuestra conciencia se estrecha, empobrece y paraliza.
El Amor...Por su ubicuidad, su fogosidad y el espectro innumerable de sus formas, esta extraña potencia ha intrigado y fascinado desde siempre a los maestros del pensamiento humano.
El hombre es un auriga que conduce un carro tirado por dos briosos caballos: el placer y el deber. El arte del auriga consiste en templar la fogosidad del corcel negro (placer) y acompasarlo con el blanco (deber) para correr sin perder el equilibrio.
Los temperamentos acomodaticios saben que la vida guiada por el interés brinda provechos materiales; los románticos creen que la suprema dignidad se incuba en el ensueño y la pasión.
Hace ya tiempo que debería haber acabado mis días y exhalado mi último aliento en interés de las necrológicas, que acaso más de uno habrá querido redactar sobre mi persona. En este aspecto soy muy desconsiderado...