¡Cuán tedioso es un cuento contado de nuevo!.
Les diré cómo sobreviví. Les diré que en las malas mañanas, se siente imposible encontrar placer en algo porque tengo miedo de que pueda serme arrebatado. Ahí es cuando hago una lista en mi cabeza de cada acto de bondad que he visto a alguien hacer. Es como un juego. Repetitivo. Incluso un poco tedioso después de más de veinte años. Pero hay juegos mucho peores que jugar.
No tengas por importuno al que pida cosas justas
Todos tenemos algún antepasado imbécil. Todos, en algún momento de nuestras vidas, encontramos el rastro, las huellas vacilantes del más pelmazo de nuestros antepasados, y al mirar ese rostro huidizo nos damos cuenta, con estupor, con incredulidad, con horror, de que estamos contemplando nuestra propia cara que nos hace guiños y muecas amistosas desde el fondo de un pozo.
No seas desproporcionado en tus ambiciones. Pretende sólo aquello que puedas obtener con toda seguridad. Sitúata sólidamente en el puesto que te corresponde. Una persona en un puesto superior a su capacidad es un espectáculo deplorable
El doctor se puso en pie, blanco como un cadáver, y esbozó una deplorable sonrisa de hiena; pero no intentó resistirse. Incluso, sin soltar la estilográfica, ofreció sus manos al policía para que lo esposara adecuadamente. Tenía cierta expresión canina en los ojos y mostraba, ya sin ningún disimulo, sus dientes minuciosamente afilados.
Un tonto resulta aburrido, muy aburrido, pero un pedante es inaguantable
Así el Amor es más intratable y más tirano para los corazones rebeldes que con aquellos que reconocen su imperio
No se queda uno porque quiera a alguien: dejamos de irnos si no detestamos a nadie, y nos vamos cuando odiamos. Sólo lo desagradable nos mueve a obrar. Somos cobardes.
La vida es con frecuencia terriblemente desagradable; pero por muy desagradable que la vida sea, no hay vida tan agradable como la vida que pasa un hombre que estima que lo más agradable de la vida es la vida
Evaluar y prepararse a celebrar lo que se puede conseguir antes de hacerlo es un ejercicio estéril, antipático e innecesario que nunca presagia cosas buenas. Lo ideal es estar llenos de expectativas e ilusión, pero no evaluar lo que haría si, sino hacerlo después.